Desde hace muchos siglos el hombre se ha planteado la manera de aprovechar los recursos que la naturaleza le ha proporcionado para vivir mejor.
Entre estos recursos, los líquidos y los gases han ocupado un lugar privilegiado en su desarrollo.
Así, se ha servido de las corrientes fluviales para el transporte de las embarcaciones y para generar energía eléctrica; de la fuerza que el viento, ejerce sobre las aspas de los molinos, para la extracción de agua del subsuelo, entre otras posibilidades.
Los líquidos y los gases han sido cruciales en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana.
Ejemplos sencillos se ven en el agua que consumimos, en la sangre que circula por nuestro cuerpo, en el oxígeno que respiramos. En fin, vivimos inmersos en ellos.
Los líquidos y los gases se asemejan entre sí debido a una característica común llamada fluidez, razón por la cual ambos se denominan fluidos.