2.4.3. Figuras literarias
Palabra o grupo de palabras utilizadas para dar énfasis a una idea o sentimiento. El lenguaje figurado permite cambiar el sentido propio de las palabras por un sentido figurado. Las principales figuras literarias son:
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Es una figura literaria que se funda en la semejanza. Mediante ella, podemos emplear las palabras en un sentido traslaticio.
Ejemplo:
- El corazón de la piña. Consuelo tiene un corazón de oro.
- La cabeza del clavo es pequeña. Mauricio perdió la cabeza.
- Le dieron una mano de azotes. Dame una mano en este trabajo.
- Se atascó en el cuello de la botella. Está hasta el cuello.
- Como puede apreciarse, las palabras en negrita se han usado aplicándolas por su semejanza a otros referentes concretos o abstractos. En otras palabras, la metáfora consiste en designar una cosa con el nombre de otra que tenga con ella alguna semejanza.
El símil establece un vínculo entre dos clases de ideas u objetos, a través de la conjunción comparativa “como”.
Ejemplo: “tu cabello sombrío / como una larga y negra carcajada” (Ángel González);
“cual” y fórmulas afines como “tal”, “semejante”, “así”; flexiones del verbo “parecer”, “semejar” o “figurar”.
Consiste en exagerar los rasgos de una persona o cosa, ya por exceso (“veloz como el rayo” o “Érase un hombre a una nariz pegado”, Francisco de Quevedo), ya por defecto (“más lento que una tortuga”).
Representación de objetos inanimados o ideas abstractas como seres vivientes. Es frecuente en la fábula. Hay personificación en: “La memoria tocará las palabras que te oí” (Andrés Sánchez Robayna).
burla fina o disimulada en la que se da a entender una cosa expresando otra diferente: “Con trabajos como estos, cualquier herramienta se cansa”.
Imitación con palabras de sonidos naturales: “Miau; tictac”.
Alteración del orden lógico de los términos en una oración gramatical, como en este verso endecasílabo de Garcilaso de la Vega: “de verdes sauces hay una espesura”.