El cometido primordial de la mitosis es, claro, la multiplicación celular, pero también la preservación intacta de la información genética, a través de copias idénticas (clones). Esto no impide que puedan ocurrir daños o errores de copia en el ADN durante el proceso de replicación, sobre todo en las fases iniciales, lo cual conduce a mutaciones más o menos peligrosas.
Debe considerarse que la mitosis es un proceso celular traumático, o sea, que obliga a la célula a sufrir una serie de cambios y que interrumpe su funcionamiento normal durante un lapso de tiempo.
Muchos organismos unicelulares emplean la mitosis para reproducirse.
También puede darse bajo la forma de endomitosis, cuando una célula se divide a lo interno, sin separar del todo su citoplasma y sin dividir su núcleo, en un proceso también conocido como endoreplicación, y que arroja células con muchas copias del mismo cromosoma en el mismo núcleo.