Tanto el sistema reproductor masculino como el sistema reproductor femenino son necesarios para la reproducción.
Los seres humanos, al igual que otros organismos, trasmitimos algunas de nuestras características a la siguiente generación.
Lo hacemos a través de los genes, los portadores especiales de los rasgos humanos.
Los genes que los padres transmiten a sus hijos hacen que estos se parezcan a otros miembros de la familia, pero también hacen que cada hijo sea único.
Estos genes provienen del espermatozoide masculino y del óvulo femenino.