A escala microscópica, la reacción química es una modificación de los enlaces entre átomos, por desplazamientos de electrones: unos enlaces se rompen y otros se forman, pero los átomos implicados se conservan.
Esto es lo que llamamos la ley de conservación de la materia (masa), que implica las dos leyes siguientes:
La conservación del número de átomos de cada elemento químico.
La conservación de la carga total.
Las relaciones estequiométricas entre las cantidades de reactivos consumidos y productos formados dependen directamente de estas leyes de conservación, y están determinadas por la ecuación (ajustada) de la reacción.