2.1. Sócrates.
  • Sócrates está muy preocupado por el problema de la felicidad humana, esta no está determinada por ningún agente externo (por la voluntad de los dioses, o por la biología, herencia, etc.) sino que depende de nuestras propias decisiones.
  • Nuestras decisiones son el resultado de nuestros conceptos, del conocimiento que tengamos del bien y del mal, de lo justo y lo injusto.
  • La voluntad está sometida a la inteligencia. A esta manera de pensar se le llama intelectualismo socrático, esto quiere decir que podemos identificar el conocimiento del bien con la buena conducta, y el vicio con la mala.
  • “La felicidad no se compra con el dinero ni con el éxito”.

“La felicidad consiste en la práctica de la virtud, llevar una vida virtuosa conforme a los valores morales. Una persona es ignorante en la medida en que no conoce los límites entre lo bueno y lo malo. La ignorancia es la que conduce a la desgracia del ser humano”.