2.1.5. Circulación en los Invertebrados.

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En los insectos, el sistema circulatorio es de tipo abierto o lagunar. Su cometido principal es el transporte de nutrientes, ya que el oxígeno se difunde por otras vías. El líquido circulante no es sangre sino hemolinfa, el corazón tiene forma tubular, se encuentra en posición dorsal y cuenta con varios orificios laterales que se llaman ostiolos. El corazón bombea la hemolinfa hacia las arterias que desembocan en los espacios lagunares, el camino de vuelta hacia el corazón del insecto se realiza a través de los ostiolos.

Los anélidos o gusanos segmentados disponen de un sistema circulatorio cerrado que sirve tanto para la distribución de oxígeno como de nutrientes. Tienen sangre que contiene hemoglobina u otras moléculas emparentadas como hemeritrina (rosada) o clorocruorina (verdosa). Existe un vaso principal dorsal que lleva la sangre en dirección a la parte anterior del animal y otro ventral que sigue el camino inverso. La lombriz de tierra, por ejemplo, cuenta con cinco pares de pequeños corazones que no son más que cortos segmentos de vasos sanguíneos que tienen la capacidad de contraerse periódicamente para impulsar la sangre.

Tanto los pulpos como los calamares cuentan con un sistema circulatorio cerrado. El líquido circulante es hemolinfa que es bombeado a través de los vasos por un conjunto de 3 corazones, uno principal o sistémico y dos auxiliares, uno en cada branquia. La hemolinfa transporta oxígeno gracias al pigmento hemocianina.